En un contexto complejo como el actual, la gestión de los gastos profesionales se ha vuelto una cuestión estratégica para las empresas. Para conseguir que sus procesos administrativos sean efectivos, los departamentos financieros hoy más que nunca deben innovar.
En este sentido, el pago desmaterializado se convierte en una de las soluciones a su disposición para ofrecer autonomía a los equipos a la hora de realizar compras, pero sin perder control sobre los fondos de la organización.
Digitalizar las transacciones
Aunque los procesos de compra se componen de varias etapas (los circuitos de validación, la tramitación de las facturas, etc), nos centraremos en un único elemento del proceso de gestión de compras de la empresa: el pago.
La desmaterialización de los medios de pago forma parte del proceso de digitalización de las transacciones que, a su vez, contribuye a optimizar la gestión financiera, reducir los costes y ahorrar.
¿Qué es el pago desmaterializado?
Este término hace referencia a todos los medios de pago que permiten realizar compras sin utilizar dinero en efectivo. Esta manera de pagar facilita las transacciones en línea. Desde que esta forma de realizar operaciones ha aparecido, los hábitos de los consumidores han cambiado por completo.
Y, hoy en día, ya no solo los particulares hacen uso de este medio de pago sino que las empresas lo están implementado cada vez con mayor frecuencia.
¿Cuáles son los principales medios de pago desmaterializados?
La desmaterialización del pago adopta varias formas. Entre las más importantes, podemos mencionar:
Tarjetas bancarias
La tarjeta bancaria es el medio de pago en versión desmaterializada por excelencia. Si bien hoy forman parte de nuestro cotidiano, hay que tener en cuenta que la primera de ellas fue lanzada por el Banco de Bilbao en 1971.
Volviendo a la actualidad, con la aparición del Covid-19 y la necesidad de evitar el efectivo, el uso de estos plásticos se ha propagado aún más. Hay que tener en cuenta que también desde hace años existen gamas de tarjetas bancarias especialmente pensadas para empresas. Estas tienen como objetivo dotar a los colaboradores de las organizaciones de un método de pago simple y efectivo para gestionar presupuestos.
Tarjetas virtuales
Las tarjetas virtuales son tarjetas no físicas que tienen las mismas características que una tarjeta tradicional: un número de tarjeta, un código CVC y una fecha de caducidad. Según el “Informe Mundial de Pagos 2020” del Instituto de Investigación Capegimini, se estima que las tarjetas virtuales representarán 740.000 millones de dólares en transacciones en 2025, con una tasa de crecimiento del 22%.
Este importante aumento puede justificarse por las múltiples ventajas de las tarjetas virtuales. De hecho, este medio de pago facilita las compras en línea, manteniendo un alto nivel de seguridad de los datos.
En las empresas, las tarjetas de este tipo suelen ir acompañadas de una solución de gestión de gastos que automatiza aún más los procesos de compra de los empleados, desde el pago hasta la contabilidad.
Los managers pueden hacer un seguimiento de los desembolsos de los colaboradores y asignar presupuestos predefinidos a cada uno de ellos. Por ello es que puede decirse que las tarjetas virtuales son la mejor manera de gestionar los gastos de la empresa de forma segura, instantánea y controlada.
Pago sin contacto
Como su nombre indica, el pago sin contacto -o también conocido como pago por móvil- es un mecanismo de pago que permite realizar transacciones sin tener que introducir la tarjeta bancaria en la terminal de pago electrónica. De hecho, basta con acercar el plástico, el smartphone o el reloj inteligente a esta última para abonar las compras.
Pago en línea
El pago en línea hace referencia al tipo de transacciones realizadas a través de Internet. Este tipo de operaciones se realizan mediante el intercambio de dinero a través de tarjetas de crédito, pero también mediante sistemas bancarios en línea.
¿Qué ventajas tienen los medios de pago desmaterializados?
Flexibilidad
Los medios de pago desmaterializados pueden utilizarse en cualquier lugar y momento, lo que los convierte en la opción indicada cuando se trata de dar respuesta a las necesidades de los empleados. Principalmente cuando estos se desplazan por negocios y precisan, por ejemplo, declarar gastos en divisas diferentes a la moneda local.
Seguridad y trazabilidad
No tener que llevar y manejar grandes sumas de dinero en efectivo encima es tranquilizador para los profesionales cuando viajan en el marco de su actividad profesional. Las soluciones de pago desmaterializadas reducen considerablemente el riesgo de fraude y robo.
Las tarjetas bancarias virtuales, por su parte, pueden generarse tantas veces como sea necesario (para cada empleado y para diferentes facturas), ya que cada una de ellas tiene una tarjeta virtual con un número y un código de tarjeta único. Cada transacción realizada a través de una solución de pago desmaterializada también se registra fácilmente y puede controlarse en tiempo real desde una aplicación móvil vinculada a la tarjeta.
Rapidez y ahorro de tiempo
A la hora de realizar compras en línea, los medios de pago desmaterializado permiten ganar tiempo. Basta con descargar una extensión en el navegador y guardar la información de la tarjeta física o virtual (incluido el número de tarjeta, el código y la fecha de caducidad) para llevarlas a cabo con mayor rapidez.
De esta manera, los campos del formulario del pago se rellenan automáticamente y los colaboradores pueden finalizar sus operaciones en menor cantidad de minutos.
Conclusión
Las soluciones de pago desmaterializado han sido diseñadas para facilitar los pagos y optimizar los procesos de gestión financiera. En las empresas, equipar a los colaboradores con soluciones de este tipo favorece su autonomía y les permite ahorrarse un tiempo significante, sobre todo si esta implementación se completa con la adopción de una solución de gestión de gastos.
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